Reyes y Sacerdotes

Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, Su Padre … – Apocalipsis 1:6

Lo máximo dirían los jóvenes – reyes y sacerdotes, ¿no se le pasó la mano a Dios?; miren que no, El nos creó a Su imagen y semejanza, El es Rey de los cielos, El es el Sacerdote real en los cielos, y te hizo para ser rey y sacerdote en esta tierra, como buen Embajador del Reino de los cielos. Tus funciones son las de un rey y un sacerdote.

Lo más importante es que por la Palabra sepas cuáles son tus funciones de rey y sacerdote acá en la tierra. Recordar que no estás en esta tierra para tener tu séquito y te sirva y eche aire con un gran abanico de Inglaterra, somos lo que Jesús dijo: “No he venido a ser servido, sino a servir”. Todo va ligado a humildad, a mansedumbre, y conste “sin ser alfombra” porque tenemos no solamente el espíritu de sabiduría y de inteligencia, sino que también espíritu de discernimiento; lo cual nos sirve para movernos a favor de Dios y de nuestro Reino como varón y damas verdaderas en el Reino de Dios.

Nuestra función de reyes es sojuzgar, señorear sobre todo, multiplicarnos y fructificar. Reinamos sobre todo lo que Jesús reina. Puso a Satanás y demonios en su lugar debido, reduciendo a cero la autoridad adquirida de Adán, y devolviéndola al hombre. Señorea desde tu posición de autoridad en el Nombre de Jesús, y por estar sentado juntamente con Cristo en los lugares celestiales. Los reyes somos dadores por excelencia, jamás toman lo que no les pertenece, tienen honra, fama, prestigio, y majestad.

Nuestra función de sacerdotes es adorar a nuestro Padre celestial en espíritu y en verdad. Alabarle y honrarle, amarlo con todo nuestro ser, con todas nuestras fuerzas, y enseñar a otros el camino, la verdad y la vida; así como el moverse bajo la unción del Espíritu Santo. Trasladar de las tinieblas a la luz admirable de Su amado Hijo a todo varón y mujer; porque para eso los creó para que vivan en la luz, en orden, con el conocimiento de Su Palabra.

Puedes dar testimonio de la verdad, porque la conoces. Puedes orar por otros porque tienes autoridad para hacerlo; puedes hablar y saber que tu palabra igual a la Palabra de Dios produce; como dice Marcos 11:23 “… lo que digas será hecho”. Con tu boca puedes derribar todo monte que el enemigo ponga en tu camino.

Aprende tus funciones, la Palabra es fiel y el Espíritu Santo es el poder de Dios para ejercer todo lo que necesites ejercer en esta tierra.

Definitivamente el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son nuestros más grandes ejemplos. Dice I Juan 4:17 “Tal cual es Jesús así somos nosotros en esta tierra”.

Padre celestial amado, gracias por habernos hecho reyes y sacerdotes para siempre, Espíritu santo gracias por ayudarnos a cumplir con nuestra función, al revelarnos la Palabra; gracias en el Nombre de Jesús.

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