Embajadores de Cristo

Así que, somos embajadores en Nombre de Cristo – II Corintios 5:20

No solamente se nos encargó la Palabra de la reconciliación, o se nos hizo ministros de la reconciliación, sino que también fuimos hechos Embajadores en Nombre de Cristo de nuestra patria celestial, puesto que estamos en este mundo pero no somos de este mundo, y el mal de este mundo no nos puede tocar.

Lo tremendamente impresionante es que no sólo te convierte Jesucristo en una Nueva Criatura al estar en El, sino que también te entrega Su Palabra, te da un Ministerio de ganador sobre las fuerzas del enemigo, sobre las tinieblas, porque como Ministro de la Reconciliación con la Palabra, trasladas a la gente del mundo a la luz admirable de nuestro Señor Jesucristo.

Definitivamente eres más que vencedor, al ser Embajador de los cielos, del Reino de la luz, del Reino de Su amado Hijo Jesucristo, no entiendo porque no podríamos estar y ser felices, tenemos la misma autoridad que tiene Jesucristo la cabeza de la Iglesia, somos amados como Jesús lo es, por el Padre; es Su Padre y nuestro Padre amante.

Un Embajador según el Diccionario Español es: un agente diplomático que representa oficialmente, en un país extranjero, al Estado, al Jefe mismo y al gobierno. Es un emisario, un mensajero, un embajador de paz. Representante fuera de su ámbito.

Puedes imaginarte hijo (a) de Dios que todo eso eres tú; Cristo Jesús hizo lo máximo de ti que eres Su nueva criatura, te dio una posición y una posesión, todo a la máxima potencia del universo. Te ama, y el que ama hace lo mejor por el amado.

Aprende a vivir tu profesión, la confesión de tu esperanza, como Embajador excelente en esta tierra, dando a conocer tu gobierno, testificando de tu Señor, del Rey de tu vida; poder transferir la vida de Dios a todo aquel que lo recibe como Señor, por la excelencia con que das a conocer tu Reino, tu cultura, idioma, hábitos, promesas, pacto y toda bendición de lo alto.

Definitivamente si amas la Palabra conoces Quién es Tu Padre celestial, Quién es tu Rey y Señor Jesucristo, y Quién es el Espíritu Santo, entonces eres el mejor Embajador del Reino de los cielos, sabes cómo ingresar a la gente a tú Reino y que éstos sean lo que tú eres en Cristo.

Jesucristo amado, gracias por hacer de mi Tu Embajador, qué privilegio, no me había dado cuenta, pero hoy lo sé y viviré como tal cada día y cada circunstancia de la vida; gracias Espíritu santo por ayudarme y guiarme en esta magna tarea celestial en esta tierra, donde soy un peregrino; gracias mi Padre celestial por Tu gran amor y confiar en Mí.

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