Hay Vida en tu Boca

… y que recibió Palabras de vida que darnos – Hechos 7:38

¿Qué nos impide o nos impulsa a hablar palabras de vida?:

(1) la abundancia de nuestro corazón (¿de qué está lleno?),

(2) nuestra mente (¿qué almacenamos allí? Con lo que vemos, con lo que leemos),

(3) las tradiciones implantadas en mi corazón,

(4) la cultura, las costumbres.

Necesitamos conocer el idioma del Reino de Luz para hablar – “… ¿a quién iremos? Tú tienes palabras (Rhemas) de vida eterna” Juan 6:68, necesitamos pensar como en el Reino de Luz – “Por lo demás hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” Filipenses 4:8

También en Colosenses 3:16 dice: “La Palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, …” en Salmos 1:2 “Sino que en la Palabra está su delicia, y en Su Palabra medita de día y de noche”; en Josué 1:8 dice: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien

Me gozo saber que algo en esta vida, que puede dirigirme, guiarme, y es la Palabra de Dios, y es mi boca cuando habla la Palabra que traigo vida a mi vida, o a la vida de otros. Es la Palabra, es Jesús, Quien me salva, es la Palabra, es Jesús, Quien me sana, es la Palabra, es Jesús, Quien me prospera. Entonces vale el esfuerzo, vale la vida conocer la Palabra y practicar la Palabra.

Seamos reales, la liebre no puede ser conejo, la rana no puede ser sapo, el cocodrilo no puede ser lagarto, tú no puedes ser vieja criatura, u hombre viejo, ya tú eres quien eres, nuevo, limpio, sano, próspero, sin condenación, sin culpa del pasado, sin temor, sin complejos.

Es imposible como dice Hebreos 6 que habiendo probado tanto de la buena Palabra, también: la manifestación, los dones, la unción del Espíritu Santo; así y todo pisoteemos la sangre de Cristo, enviándolo a la cruz nuevamente.

Es verdad que podemos vivir como verdaderos hijos de Dios que somos espíritu porque estamos unidos a El, somos un espíritu con El. Usemos nuestras bocas para soltar la buena Palabra de Dios, no nuestra palabrería, o las tradiciones, costumbres, idioma aprendido que pertenece a la vieja manera de vivir, a otro tiempo; vivimos en éste en el que Cristo es el Señor de nuestras vidas, somos luz como El es luz, y la luz no habla de tinieblas y no actúa como los hijos de las tinieblas.

Nuestra boca la entrenaremos entonces para que hable fe, vea lo que vea, sienta lo que sienta, pase lo que pase, “por fe andamos, no por vista”, “llamando (con tu boca) las cosas que no son, como si fuesen”, “Creí por lo cual hablé” “… lo que digas te será hecho” Observen la gente todo el día habla de muerte, “si, la muerte, no”, “imagínate lo que sucedió ese chico es la muerte” y cuando se enteran que murió, “mira, cómo murió no” porque no hablamos vida para que la gente viva, la vida zoe de Dios. Seamos gente inteligente que elige bien, en línea a la Palabra.

Padre celestial gracias por enviar a la Palabra, la Palabra, el Verbo es Jesucristo, el autor de eterna salvación, gracias Espíritu santo por traer alegría de vida a mis días, gracias en el Nombre de Jesús.

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