Nuevo Pacto - parte 2

Así que, por eso es Mediador de un Nuevo Pacto …  – Hebreos 9:15


         Durante la ceremonia de pacto, en los días de Abraham, los socios intercambiaban sus capas, o abrigos, cada uno daba su autoridad al otro. Ellos intercambiaban armas, como una forma de decir: "Tus enemigos son ahora mis enemigos. Yo pelearé tus batallas como si fueran mis propias batallas". Ellos caminaban a través de la sangre de los animales cortados, pronunciando su lealtad el uno al otro, aún hasta la muerte.
Cuando Dios hizo pacto con él, Abraham sabía, que nunca más habría ni un lugar a dudas. Dios estaba probando cuan intensamente El deseaba ser el Dios de él. El le había dado todo a Abraham. El se había atado o ligado a Sí mismo a Abraham, voluntariamente, en toda libertad, en una relación que no podía disolverse. Abraham comprendió la gravedad (seriedad, o lo grave y mortal que sería romper esto, porque romper un pacto de esta índole es perder) de un acuerdo de pacto. Esto convenció a Abraham de una vez por todas, que podía confiar en las promesas de Dios. Esto se convirtió en el ancla de su alma.
¿Tú quieres ser un gigante de fe como Padre Abraham? Entonces, cava en el pacto que tienes con Dios. Estúdialo en la Palabra. Deja al Espíritu Santo mostrarte, lo que realmente sucedió cuando Jesús se convirtió en el sacrificio que ratificó tu pacto con Dios. Permítele mostrarte lo que significa, cuando El te dio Su Nombre (Jn.16:23), Su autoridad (Mateo 28:18-20), Su armadura (Efesios 6:10-18).
Una vez que tú te das cuenta lo que Jesús dijo: "Este es el Nuevo Pacto establecido en Mi sangre" tu vida nunca será la misma persona otra vez.
La Palabra en Oseas 6:7 dice: “Mas ellos (Israel), cual Adán traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra Mi”. Amados existe un pacto real entre Dios y nosotros, tú y yo, no traspasemos nuevamente a Jesucristo, él ya fue traspasado en Su vida, fue muerto por el pecado, y ese pecado es el pacto traspasado, traicionado a la forma de Adán, no hagamos lo mismo, ya Jesús se hizo varón de dolores, experimentardo en quebranto y fue traspasado. No pisoteemos la sangre preciosa de Jesús, alto precio.
        Acá, en este pacto, no hubieron vestimentas, armas, hubo sangre real, que está aún viva en el tabernáculo en los cielos, allí en propiciatorio, en el lugar de misericordia, El era sin pecado ni pecados, pero se hizo igual que nosotros, sólo por derramar esa sangre que fue el precio de rescate por nuestras vidas, Satanás no tiene nada que reclamarnos, podemos poner en sus narices las Palabras y la sangre del pacto, y se puede achicharrar más de lo que será en el lago de fuego eterno, éste está traspasando el Pacto cuando se mete contigo, cuando toca tu vida, porque si te das cuenta está tocando la propiedad de Dios, al ungido de Dios, se está metiendo directamente con Dios, porque la Palabra dice que estamos escondidos en Cristo y Cristo en Dios Padre. Mejor seguridad, en la vida alguien jamás podrá tener, el lugar más seguro en esta tierra está en Cristo Jesús.
          Así que Jesús quitó de en medio el pecado (He.9:26), el más grande obstáculo entre Dios y tú y yo, la transgresión a la forma de Adán; aquella traición fue quitada y Su sangre la anuló; por eso Gálatas 3 dice que somos bendecidos en el creyente Abraham, a quien le fue hecha la promesa de la Simiente real, en línea a la promesa de Génesis 3:15; la simiente, el SER del pacto es Jesucristo.
          Vivamos confiadamente tenemos el Nuevo Pacto, Jesús nos enseña de eso, el Espíritu Santo nos lo revela. Hebreos 10:14 “porque con una sola ofrenda (sangre del justo) hizo perfectos para siempre a los santificados”, y ustedes pueden leer los siguientes versículos.

          Dios y Padre  gracias por el Nuevo Pacto, no más sacrificios, no más sumos sacerdotes que mueren, no más ofrendas, no más ley, no más ceremonias, porque uno fue el sacrificio, y Uno es el Señor y Rey de nuestras vidas, Quien nos ingresó por Su sangre al Reino de Su luz admirable; gracias en el Nombre de Jesús.

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