El Padre - parte 4

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos ABBA PADRE – Romanos 8:15
Esto es Papito, en toda la confianza con que el Hijo nos ingresó a la presencia del Padre, y fuimos en Jesús hechos aceptos en el amado nos dice Efesios 1:5 “… para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo …” y el vr. 6 “para alabanza de la gloria de Su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”.
En Marcos 14:36 “Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de Mi esta copa; mas no lo que Yo quiero sino lo que Tu” Así trataba el Hijo al Padre, a la vez que Jesús amaba la voluntad del Padre. Hubiese no querido como Hombre pasar la cruz, pero era la voluntad del Padre, y por eso buscó, vio el gozo del Padre puesto delante de El, la salvación del hombre creado.
Ahora, el unirnos al Padre por la sangre de Jesús, nos separa del mundo, y debemos estar seguros en nuestras vidas de vivir realmente para amar a nuestro Padre.
En I Juan 1:15,16 dice: “No améis
· al mundo,
· ni las cosas que están en el mundo.
Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque:
· todo lo que hay en el mundo,
· los deseos de la carne,
· los deseos de los ojos,
· y la vanagloria de la vida,
NO provienen del Padre, sino del mundo
Amados hay una separación total entre el amor del Padre y las cosas de este mundo. Nunca volveremos a crucificar a Jesús, tampoco menospreciemos Su sacrificio y Su sangre que nos limpió y nos separó de la habilidad de pecar, no hagamos lo que el perro, dice que el perro vuelve a su vómito, amados nosotros somos hijos, comportémonos como tales todo el tiempo. Nos ha sido dado el poder para hacerlo.
El amor del Padre es tan grande, que es tiempo que lo veamos y lo gocemos abierta, plenamente y con todo nuestro ser. Y que otros sepan que el Padre está esperando por ellos para amarlos y darles su herencia.
Dios nuestro Padre confía en ti que tu meta es vivir en Su presencia, que tu anhelo es vivir con El para siempre, para alabarle bendecirle y adorarle, y el decirle: El hacer Tu voluntad oh Padre me ha agradado.
Padre Celestial acepto Tu gran amor por mi, y en ese gran amor te amor con todo mi ser, me separaste del mundo y no volveré al mundo, cada día eres mi Abba Padre, siempre elegiré hacer Tu voluntad, me agrada traer gozo a Tu corazón, tal como Tú has traído gozo eterno a mi vida y gracias, muchas gracias en el Nombre de Jesús.

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