El Padre - parte 3


En la casa de Mi Padre muchas moradas hay … – Juan 14:2
Subo a Mi Padre y a vuestro Padre, a Mi Dios y a vuestro Dios – Juan 20:17
Todo es tan definido en Jesús, su vida, su dar, su ejemplo, transparente, sin duda, sin egoísmo, sin celos. Me hace tan bien tener un Salvador maravilloso y excelente, y por cierto a ti también.
Dios siempre fue el Padre de Jesús, todo el tiempo, aunque hubo un tiempo que tuvo que separarse temporalmente en persona y espacio del Padre cuando se hizo el Hijo del Hombre al nacer en esta tierra, y hubo unas horas de separación total cuando en la cruz cargó el pecado, pecados, maldiciones, enfermedades, dolencias, pobreza de toda la humanidad existente y por venir. Porque el Padre todo lo hizo por amor al hombre creado para ser Su familia.
Es por eso que cuando Jesús resucitó antes de subir a la presencia del Padre, El declara: Subo a Mi Padre y a VUESTRO Padre, a Mi Dios y a vuestro Dios”. Ahora a través del sacrificio consumado de Jesús nuestra posición cambió, por Su sangre, por eso es que al aceptar a Jesús como el Señor de nuestras vidas, estamos aceptando en Jesús, que Dios es nuestro Dios y nuestro Padre.
Amado tienes un Padre celestial, eterno, El es amor. Es una persona con personalidad, sin cambio, todo el tiempo piensa igual de ti. Una vez que eres hijo, piensa de ti como piensa de Jesús.
Podemos vivir seguros como Jesús está tan seguro que el Padre lo ama, y nunca lo dejará, por eso dice el Salmista: Aunque mi padre y madre me dejaren con todo Tu no me dejarás. Un hijo busca seguridad, protección, provisión, un ambiente de amor, de paz, de gozo.
Muchos hijos buscan al Psiquiatra o al Psicólogo en vez de buscar a Su Padre y refugiarse en El, en Su Palabra y en Su amor y sabiduría. Podemos confiar en El, pues El confía en nosotros, El nos salvó, dando lo mejor de El que es Su Hijo Jesucristo, ¿cómo no confiar en El?.
Jesús quiere que donde El está nosotros estemos, porque el Padre ha preparado muchas moradas para cada uno de nosotros. Es el arquitecto supremo, es el médico divino, es el PADRE POR EXCELENCIA.
En Isaías 63:16 dice: “Pero Tú eres nuestro Padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce. Tú, oh Jehová, eres nuestro Padre; nuestro Redentor perpetuo es Tu Nombre
Y en Isaías 64:8 dice: “Ahora pues, Jehová Tú eres nuestro Padre, nosotros barro y Tú el que nos formaste, así que obra de Tus manos somos todos nosotros
Jesucristo gracias por aquel día que decretaste: voy a Mi Padre y a vuestro Padre; te amo Jesús y estoy tan agradecido, que todo lo hiciste con tanto amor y con tanta verdad, nos devolviste al Padre, aunque te costó la vida, eso es amor.

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