El Padre - parte 2

Felipe le dijo: Señor muéstranos al Padre. Jesús le dijo: … el que me ha visto a Mí ha visto al Padre – Juan 14:8,9
El motivo más grande y único por el que Jesús fue enviado del Padre fue para restaurar el camino, la verdad y la vida al Padre; para que tengamos la clase de vida del Padre, la clase de fe del Padre, la verdad del Padre; y Jesús restauró ese camino “Por el camino nuevo y vivo que El nos abrió a través del velo, esto es, de Su carne” Hebreos 10:20
En el Antiguo Testamento dice en Génesis 3:24 “Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del Huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”.
¿Cómo llegamos al Padre entonces? Por el camino nuevo y vivo que trazó Jesucristo: y el motivo es unir el hombre a Dios para que lo adore en espíritu y en verdad, para que esa relación y comunión para lo cual fue creado el hombre sea restablecida, pero ahora a través de un pacto, para recibir la promesa de la herencia eterna que el Padre en su sola voluntad preparó para nosotros; y esto no conllevaba muerte sino vida eterna. En Hebreos 7:22 y 8:15 dice: “Jesús es mediador y fiador de un mejor y nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna”.
La sangre del Hijo unigénito lavó sin retorno, todas las transgresiones por las cuales la ley en el antiguo pacto daba por muerto y perdido al hombre para siempre “porque la paga del pecado es muerte”. Y aún los que habían muerto en la esperanza del Hijo de Dios, Quien un día los redimiría plenamente; porque los sacrificios que ofrecieron de toros y machos cabríos o tórtolas cubría sus pecados pero no los desarraigaba, hasta el día que Jesús tuvo que descender a las partes más bajas de la tierra y predicó las buenas nuevas; hay buenas nuevas por causa de la sangre preciosa de Jesús que borra pecados, entonces pudo llevar cautiva la cautividad, esto es a los que estaban en el seno de Abraham.
Porque éstos murieron en la esperanza perfecta de: “Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de desecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios, al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán y no otro” Job 19:25-27. Así fue Job y los muchos que habían vivido en esta tierra creyendo que algún día verían a Dios, vieron al que traspasaron en la cruz, esto es a Jesús. Y el camino trazado al cielo fue primeramente para ellos. Amados nosotros gozamos esta verdadera vida que fue entregada a través de un sacrificio, del fiel y verdadero.
Jesucristo gracias por ser el camino al Padre, gracias por la vida y la verdad, todo se cumplió en Ti, porque con tu obediencia todo el plan del Padre fue hecho posible.

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