La Corona de Justicia




Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mi, sino también a todos los que aman su venida II Timoteo 4:8

Este mundo en manos de los judíos y romanos tuvo una corona de espinas para Jesús, mas Jesús ha preparado la CORONA DE JUSTICIA para todos los que en la cruz del calvario dijo: Padre perdónalos porque no saben lo que hacen, y estos en respuesta dejaron a Jesús entrar en sus vidas. Y claro está que para todos nosotros, los que hemos creído en El y permanecemos en la Palabra de vida y en Su justicia.

En I Timoteo 2:5 dice “Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente”. Hebreos 12:1,2 “… despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe …

El Juez justo ha dado la voz de inicio de la carrera y estamos en plena carrera, ha dado las instrucciones: correr sin pecado, sin peso, puestos los ojos en la meta: Jesús, porque el inicio y el fin de la fe está en El. Sin fe no se corre esta carrera, sin instrucciones, ruta, dirección, meta – no se corre esta carrera y hay que correrla legítimamente, una vez que el atleta llega a la meta, o el soldado cumple con su misión le espera la corona de vida que el Juez justo le entregará.

En I Pedro 5:4 dice: “Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria” Pablo en I Tesalonicenses dice de aquellos que recibieron a Jesús a través de su ministerio, que ellos son su corona en quienes se gloría. También habla en I Corintios 9:25 “Todo aquel que lucha de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros UNA INCORRUPTIBLE” y dice Pablo “no seré eliminado”. La inquietud y pregunta para nuestras vidas es: ¿qué carrera estamos corriendo? ¿para qué? ¿cuál es nuestro premio?

Será una corona de laureles (se marchita), será de oro, plata o bronce (es robable), todo esto es bueno pero es corruptible. Nosotros no luchamos, no corremos por una corona corruptible. Lo hacemos y legítimamente por una CORONA INCORRUPTIBLE, y nos la entregará el Príncipe de los Pastores. Pastores es un privilegio y honor un día ver nuestro trabajo en cada vida de la Iglesia que pastoreamos, que son coronados con coronas de justicia. Aplaudiremos, nos gozaremos y diremos ¡valió el esfuerzo, valieron las oraciones, valió la inversión de tiempo, amor, sufrir, soportar! El futuro que nos espera son BUENAS NUEVAS.

Bien estamos a un día de fin de año, nuestro Salvador se goza con nuestros triunfos, porque ve que hacemos uso de nuestra herencia, somos soldados, somos atletas, somos hijos, y vivimos en nuestras alturas, no luchamos, o peleamos la buena batalla, o corremos, o servimos desde el llano, sino desde nuestra altura, sentados juntamente con Cristo en los lugares celestiales. David el dulce cantor, el rey de Israel decía: “Dios es el que me ciñe de poder, y Quien hace perfecto mi camino; Quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas”. Y HOY es así para contigo, en Cristo estamos firme sobre nuestras alturas, en toda sencillez.

Dios y Padre gracias por la corona de justicia, de vida, de gloria, corona incorruptible que nos está guardada, y nos será entregada por el Príncipe de los pastores; gracias en el Nombre de Jesús.

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