Sabiduría

Mejor es la sabiduría que la fuerza … – Eclesiastés 12:16

Permítanme copiar algo muy interesante de alguien que pidió a Dios sabiduría, y Dios se la dio, añadiendo aún riquezas y honra a su pedido:

Porque el hombre tampoco conoce su tiempo; como los peces que son presos en la mala red, y como las aves que se enredan en lazo, así son enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando cae de repente sobre ellos. También vi esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grande: una pequeña ciudad, y pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia y levanta contra ella grandes baluartes; y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre. Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras. Las palabras del sabio escuchadas en quietud, son mejores que el clamor del señor entre los necios. Mejor es la sabiduría que las armas de guerra; pero un pecador destruye mucho bien - Eclesiastés 9:12-18

Pueden hacer uso de toda la ciencia y sabiduría terrenal que este mundo pone a vuestro alcance, pero nunca será de la altura y realidad que la sabiduría de Dios que da al hombre que lo ama, las riquezas no dan sabiduría, sin Dios traen muchos problemas, el mucho dinero no da sabiduría, mete al hombre necio en muchos problemas, ¿es mala la riqueza?, ¿es malo el dinero?, ¡no, la verdad que no! porque la Palabra de Dios dice, que el amor al dinero (no el dinero) es raíz de todos los males, el dinero no es moral o amoral punto. Las riquezas son buenas si son bien administradas, para el bien no de uno, sino de los necesitados, es la forma que esta puede sobreabundar.
Hablando del sabio Salomón, vio mucho, experimentó mucho, gozó del tiempo de sabiduría dada por Dios a su vida, pero también se metió en necedades tan altas que probó el dolor alto, para al final de sus días decir “que todo es vanidad, que el todo del hombre es alabar a Dios”.
Vivamos nuestros días de tal manera que traigamos al corazón sabiduría, y en Santiago dice “que si tenemos falta de sabiduría la pidamos que Dios nos la dará abundantemente y sin reproche”, claro está que tiene un fundamento y lo encontramos en Proverbios 1:7 “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová”, y en 8:13 nos dice qué es el temor de Jehová, la Palabra es preciosa, no nos deja nada en el aire.

Padre celestial gracias por la sabiduría puesta a nuestra disposición, amamos la sabiduría, la preferimos a la necedad, y es Tu Palabra la que provee la sabiduría, es despojarnos del mal, que nos hace gozar de Tu sabiduría, gracias por la guía del Espíritu Santo, y gracias en el Nombre de Jesús.

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