Añadid a la Piedad, Afecto Fraternal

…, añadid a vuestra fe, virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal … – II Pedro 1:6

Ahora ¿qué es afecto fraternal? Como vemos al Espíritu Santo al dictar todo esto a cada escritor, no se le escapó nada, porque es el Espíritu de verdad, el Espíritu de gracia.
En cuanto a afecto en el diccionario español encontramos: cariño, aprecio, cordialidad, afición, apego, interés, simpatía, ternura, amistad. Su antónimo: indiferencia, antipatía, odio, rencor, aborrecimiento. En cuanto a fraternal: entrañable, cariñoso, íntimo, afectuoso, cordial.
Lo interesante es que todas estas características están ligadas al carácter de Dios, en cuanto la Palabra dice de El que “Dios es amor” lo encontramos vívido en el trato y Sus expresiones para con algunos personajes bíblicos, digamos con Abraham: Dios dice “cómo no diré esto a mi amigo Abraham”. Para con David expresa en el Salmo 89: “hice pacto con mi escogido, juré a David mi siervo. He puesto el socorro sobre uno que es poderoso; he exaltado a un escogido de mi pueblo. Hallé a David mi siervo, lo ungí con mi santa unción. Mi mano estará siempre con él, Mi brazo también lo fortalecerá. No lo sorprenderá el enemigo, ni hijo de iniquidad lo quebrantará. El me clamará: Mi padre eres Tú, mi Dios y la roca de mi salvación”.
Cuánto cuidado, cuanta cordialidad, aprecio, cariño, apego, interés, simpatía, ternura, amistad, intimidad entrañable, encontramos de parte de Dios para con Abraham o David y para con muchos otros, al igual para con nosotros amados, Dios ama al unigénito Hijo, tal como nos ama a nosotros, porque Jesús vive en nosotros, fuimos lavados por la sangre preciosa del Hijo, Quien se dio en sacrificio vivo por cada uno de nosotros, esto le costó al Padre, debería costarnos amor sin igual el recibir, pero sí sabemos que el DAR cuesta, y al Padre le costó la vida del Hijo, la separación sin igual en toda la eternidad, desde el principio hasta el fin.
En Juan 3:16 encontramos todo este afecto fraternal reunido de parte del Padre y del Hijo para nosotros. Por eso cuando encontramos los salmos de David de tanto amor, al escudo, a la fortaleza, a la roca, al castillo, al libertador, a la fuerza de su salvación, al alto refugio; es que comprendemos esa relación y comunión entre David y Dios, de decirse mutuamente cosas eternas, maravillosas en un afecto fraternal.
Pensando, y revisándonos, ¿existe este afecto fraternal, esta comunión y relación de afecto para con Dios? ¿existe este afecto fraternal para con los hijos de Dios, los ungidos, los redimidos? O es que ningún caso nos merece que ellos fueron creados por Dios, destinados por Dios al éxito, a una ciudadanía eterna, a una familia de luz y lavados por la sangre del Cordero; llenos del Espíritu Santo; y muchos otros en camino claro está; amemos a esta humanidad amados que no conoce a Cristo, y que necesitan ser trasladados de las tinieblas a la luz admirable de nuestro Redentor.

Dios y Padre gracias porque todo lo que Tú eres lo somos en la gracia de Cristo Jesús, Quien nos redimió y libertó y nos dio el Espíritu Santo por Ti enviado ; gracias en el Nombre de Jesús.

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