Yo iré y le sanaré
Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré – Mateo 8:7
Salmo 107:20 “Envió Su Palabra y los sanó, y los libró de su ruina”, y observen acá las palabras de Jesús “Yo iré y le sanaré”, esa es la fidelidad de Dios, el Antiguo Testamento entrega al Nuevo Testamento toda la promesa del Redentor, y el Nuevo testamento lo ejecuta con verdad y severidad por toda la eternidad. El Antiguo Testamento es la figura y sombra, y el Nuevo testamento alumbra a éstos y lo presenta en esta tierra como la realidad de Dios, todo era figura y sombra de Jesús, ahora es visto, ahora los Evangelios escriben de Sus pisadas, de cómo anduvo haciendo bienes y sanando a TODOS los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con El (esto es quitó al diablo de en medio, lo juzgó y lo puso debajo de tus pies).
Solamente di la palabra, y mi criado sanará, vr. 8, esto fue lo que contestó a Jesús el centurión. Nos impacta que un centurión determine la vida de su criado, al pedir “una Palabra de vida” a Quien es la fuente de vida. Ahora nosotros vemos todo el panorama, pero en ese momento este centurión estaba jalando fe en la Palabra para que su criado siga con vida. Un centurión era un gentil, no era gente del antiguo pacto, no era de Israel, por eso le responde en el vr.8 “no soy digno de que entres bajo mi techo” luego sigue “SOLAMENTE” {esta es la forma más alta de fe}. Pero fe es lo que atrae a Jesús en este mundo, fe como un grano de mostaza que funcione en su fase más alta, y esta es “di la Palabra, y mi criado sanará”.
Su Iglesia misma se gobierna bajo autoridad y sumisión. Cuando hablamos de fe, tenemos que entender autoridad, debemos tomar el conocimiento de la obra acabada en la cruz del Calvario por Jesús, tenemos que saber que el Nombre de Jesús nos pertenece, que Su sangre preciosa nos limpió y nos dio entrada al Reino de Dios, y que somos herederos de todas Sus promesas, tenemos vida fluyendo con realidad en nosotros, y que esa vida Zoe no conlleva enfermedades, ni dolencias, ni está sujeta a escasez ni pobreza.
Pero son solamente la fe, la autoridad; ¿las cuales intervienen? La Fe cree y recibe, actúa en lo que recibe. La autoridad ejecuta la orden de la promesa de Dios en tu vida cuando encuentra fe. Amados interviene la gracia de Jesús que dice: “Yo iré y le sanaré” es la fuente inagotable de la bondad de Dios, para con el necesitado, sin mirar si es enemigo o no. Sólo ve que quiere y puede suplir cualquier necesidad. Interviene el gran amor de Dios, que dice: “para que nadie se pierda” porque nos dio “un valor mucho más que el de las aves a quienes provee y cuida” nos dio “un valor mucho más que el de los lirios a quienes ha dado los bellos colores de vestidura” y si a ellos cuida y provee, CUANTO MÁS a nosotros.
Hay suficiente y sobreabundante medicina para el necesitado, y toda enfermedad y dolencia y pobreza fueron quitados para ti, que puedes amar y aceptar a Jesús, o para ti que lo amas.
Veamos qué dijo Jesús después de escuchar lo que para este centurión era autoridad, firme autoridad. vr.10 “Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: de cierto os digo que ni aún en Israel he hallado TANTA FE”
Dios y Padre gracias por enseñarnos, gracias por habilitarnos con todo poder, gracias por la unción del Espíritu Santo para recibir, hacer, y ejecutar grandes cosas en esta tierra; gracias en el Nombre de Jesús.
Posted in: on 19 de septiembre de 2011 at en 1:57 a. m.