Las promesas de Dios son sí y amén


Porque todas las promesas de Dios son en El Sí, y en El Amén, por medio, por medio de nosotros, para la gloria de Dios – II Corintios 1:20
Entrenémonos en la fe y definitivo que las promesas de Dios son espíritu y vida, son sí y amén, para los que aman a Dios.
Cuando Dios dice que “por la llaga de Jesús fuimos (tiempo pasado) sanados” ASÍ ES, no hay que ir a derecha ni a izquierda, como dice un gran amigo nuestro, “la Biblia es tan simple que se necesita ayuda para no entenderla” y ¿por qué? Porque Dios no dio Su Palabra para que sea difícil y para que el hombre no la entienda. Es más nos dio al Espíritu Santo, uno igual a Jesús, el poder, la unción para que no erremos.
Estamos en la gracia, definitivamente lo estamos, NO estamos en la ley, claro que NO, estamos en alguien mayor que la ley, más claro que la ley. Romanos 4:13 dice: “Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe” Completamente real lo que dice también en Romanos 10:8 “… esta es la Palabra de Fe que predicamos” No podemos separar las promesas de Dios, de la fe de Dios, o de la voluntad de Dios. Son lo mismo. La Palabra es Jesucristo, es el Verbo, y contiene Palabra + Fe + Poder.
Ahora no podemos obviar hablar de la “promesa del Padre” Jesús lo dijo en Hechos 1:4 refiriéndose al Espíritu Santo, y en Mateo 3:11 Juan el Bautista dijo “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; EL OS BAUTIZARA EN ESPÍRITU SANTO Y FUEGO”
Todo lo que viene del Padre a nosotros ya fue prometido, habló y hará, nunca olvida, “Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta”. Somos bendecidos con bendición sobreabundante, real, verdadera, veraz. Es impresionante e impactante, la forma de hablar de Jesús cuando expresó: “De cierto, de cierto os digo …” esto es con toda seguridad lo que les digo no tiene un ápice de engaño.
Es por eso que en II Corintios encontramos “Las promesas de Dios son sí y amén (así sea)”.

Dios y Padre gracias por Tu amor y Tu verdad; porque Jesucristo es el camino, la verdad y la vida; es la verdad revelada; y el Espíritu Santo es el Espíritu de verdad; gracias en el Nombre de Jesús.

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