Decreta y recibe - parte 3

  Mi hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva y vivirá. … Si tocare tan solamente su manto, seré salva – Marcos 5:23,28
Observemos el antes y el después de una mujer que sufría con flujo de sangre, que al igual que un leproso su deber, de acuerdo a ley y a la tradición de los ancianos debió salir gritando “mujer con flujo, mujer con flujo” para no chocarse con nadie, y que todos se aparten y le cedan el paso. Tener flujo era tan inmundo como tener lepra.
Dice la Palabra acerca de ella en el “antes” 12 años con flujo de sangre, eso significa que estaba débil y posiblemente con anemia, ya había sufrido mucho de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, nada le aprovechaba, antes le iba peor. Alguien cambiaría su vida, una voz con autoridad y con vida, oyó hablar de Jesús; e inmediatamente tomó una decisión: venir, decir, tocar. Vino entre la multitud, y decía dentro de sí: “si tocare tan solamente Su manto, seré salva” y tocó el manto y “su después” 
en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote.Esta enfermedad de flujo de sangre fue llamada “azote”, nadie que te ame te azotará, ¿verdad? Tiene que ser ladrón, uno que se enseñorea de tu vida con perversidad, y usa tu cuerpo para activar sus maldades, y así llevarte a su fin que es la muerte. Y el único que hace esto con el hombre es Satanás. Es quien viene a la vida del hombre o mujer a robar, matar y destruir.
Esta dama ya estaba lejos de familiares (estaban bajo la ley), amistades; totalmente aislada y 12 años. Qué bueno cuando escuchamos de Jesús, y ella oyó hablar de Jesús; imagínense la alegría que tendría al ver un rayo de esperanza en su vida.
Luego vemos a Jesús buscándola entre la multitud, porque poder había salido de El, la mujer vino y se postró delante de El, y le dijo toda la verdad. Recuerden que mientras tanto uno de los testigos que estaba esperando que Jesús termine con la sanidad de ella era Jairo, él estaba a la expectativa de los sucesos, esto levantó su fe.
Jesús le dijo:
· Hija, era de la descendencia de Abraham, y al decidir oír a Jesús, reconocerlo al postrarse ante El, se convertía en una hija de Dios al presente
· Tu fe, la fe que confesó, que creyó, que actuó, al oír hablar de Jesús
· Te ha hecho salva, "soso", no sólo sana, sino con vida como la de Dios, y próspera porque ya lo había perdido todo, y desde ahora todo lo que haría prosperaría
· Ve en paz, 12 años de vivir sin paz, en su cuerpo físico por el azote, y en su mente porque imaginaba ya que esto era de muerte.
· Queda sana de tu azote, esto fue “Satanás vete”, sanidad es libertad
Qué delicioso trato, y deliciosa conversación, y maravillosos decretos de por vida que Jesús dio a esta mujer.

Dios y Padre gracias porque quien oye la Palabra, cree, y recibe es SANO, y por su creer en Jesús es colocado en la posición de hijo; gracias en el Nombre de Jesús.

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