Fe que decreta sobre las circunstancias

Un gran día a cada valiente y esforzado en el Señor. Qué gozo poder vivir en ese espíritu de poder, amor y dominio propio.

A la verdad no debería impresionarnos ningún milagro que hizo Jesús, debería ser un ejemplo a seguir, y mayores cosas aún ejecutar por causa de la autoridad que nos ha dado, y tenemos Su Nombre, es Su Nombre cosas tremendas sucederán, porque el Espíritu Santo mismo está con nosotros con todo Su poder a disposición nuestra.




Lucas 7:3 dice "Cuando el Centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los Judíos, rogándole que viniese y SANASE a su siervo" Oiga que el enemigo se cuide si alguien escucha hablar a Jesús, Su Palabra es poderosa, es viva y eficaz y más cortante que toda espada de dos filos, que penetra hasta partir ..." - este mensaje es diablo cuídate, si llego a la capacidad de oír la Palabra de Dios, porque entonces FE NACE EN MI, qué tremendo amados. "Fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve", luego dice, "lo que se ve, fue hecho de lo que no se veía".

Finalmente el siervo de este Centurión fue sanado en el mismo segundo que Jesús habló la Palabra de sanidad, y también Jesús estuvo admirado del Centurión, de seguro lo primero que le admiró es que sea tan sabio y envíe a Judíos a pedirle que vaya a sanar a su siervo (este es un chiste mío), Vamos con la Palabra vr.9: "Al oír esto Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le segúia: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe" - En verdad quisiese ser hallada con esta expresión de Jesús para mi vida, "tanta fe"

Cómo alimentamos nuestra fe? con la Palabra de Dios, dice que debe abundar en nuestro corazón. y cómo matamos la duda? alimentándonos con la Palabra, entonces esta muere de inanición.

Ps. Doris de Hurtado
Oasis de Amor




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“… y llama las cosas que no son, como si fuesen – Romanos 4:17Es tiempo de comprender y aplicar lo que entendemos que la Palabra de fe en nuestras boca: no son palabrería -- son poder que decreta, “por la llaga de Jesús fui sanado” entonces estoy sano, no me predisponen los síntomas, los que a veces continuarán; no me dirigen a cambiar mi decreto, los dolores, que posiblemente pueden seguir; no cambia mi decreto el informe de un médico (a quien debo respetar, pero Mayor es el que vive en mi).
Es hora que tu y yo sepamos lo que nos ha sido concedido; son miles de promesas que son nuestras, y no hemos usado ni tres la gran mayoría de nosotros, quizás las hemos leído, repetido y eso es todo, pero no hemos tomado conciencia que las promesas las puedo decretar, cada que las hablo operan en mi vida; y a favor mío, tal como para ti, y para todo aquel que cree.
La primera promesa es que “La fe nace por el oír, y el oír por la Palabra de Dios”. Entonces oigo la Palabra y fe nace en mi, para lo primero que recibo fe es para salvación y justificación.
Es mi privilegio que si confieso con mi boca que Jesucristo es mi Salvador, soy salvo, y si creo en mi corazón que Dios Padre lo levantó de los muertos, soy justo. Puedo orar por los enfermos y sanarán.
Ahora mi fe es caminar en lo que creí y recibí, comienzo a hablar quien soy, qué tengo y qué puedo hacer. Soy salvo, soy justo, tengo el Nombre de Jesús y la autoridad que me ha dado; puedo orar por otros y milagros, señales y prodigios sucederán, para la gloria y la honra de Dios Padre.
Es mi tiempo ahora en la tierra de poder hacer grandes cosas, para glorificar a Dios, porque la humanidad está esperando la manifestación de los hijos de Dios. Anhelan ver Su poder, en medio de tanta calamidad y pecado, tanta tristeza y desventura. Esperan que yo haga algo por ellos y por el mundo que los rodea, esperan que mi fe sea vista y cambios profundos puedan hacerlos gozar del conocimiento del Dios verdadero.
Ahora es mi tiempo, no habrá otro igual, Pablo, Pedro, Juan, Felipe cumplieron su misión en su tiempo, y lo hicieron con tanta excelencia, que brillaron, se multiplicaron, fueron fructíferos, y Satanás no ganó una sola batalla, al punto que Pablo dice: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe (no la dejé por ahí, aún cuando estuve en prisiones)”. Bendito sea Dios que tal valiente del Señor, al igual vemos a Juan en la Isla de Patmos, viendo cosas que Dios le mostró para el tiempo final y enseñando Quien es Jesucristo, el Fiel y Verdadero; vemos a un Pedro osado en los hechos y otras epístolas, sin temor a una tempestad, ni a los vientos, ni negando otra vez, sino dando razón de su fe, y aplicando esa fe tan preciosa, de la cual nos habla en II Pedro 1:1

Espíritu Santo gracias por recordarnos que somos valientes y fuertes, que nada puede detenernos, y que Jesús ya nos hizo más que vencedores, esto que estoy pasando no es más grande que mi promesa, no es más grande que el juramento de Dios; las promesas que puedo decretar ahora mismo, sobre esta situación; nadie en mi camino es más grande que el Mayor que vive en mi, gracias por tanta gracia a mi favor, en el Nombre de Jesús.

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