Personaje - Mujer Adúltera

Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?  – Juan 8;5

         Qué bueno que la Palabra dice en Romanos 10:4 “el fin de la ley es Cristo” bendito sea Dios, el fin de la condenación es Cristo Quien salva y liberta. ¿Qué puede decir el autor de la salvación? “el que esté libre de pecado tire la primera piedra” ¡Gloria a Dios por siempre, amén!
        Qué precioso pasaje es este, se cumple lo que está registrado en I Corintios 1:30 impactante: “Mas por El estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios: sabiduría, justificación, santificación y redención. Imagínense ese día por la mañana Jesús estaba en el templo enseñando, y todo el pueblo había venido a El. En eso los escribas y fariseos le trajeron una “mujer sorprendida en adulterio” (eran algo así como los Sherlock Holmes) nada que ver, el punto era sorprender a Jesús para poder prenderlo, qué incapaces.
Y la pusieron en medio, en pleno templo, le dijeron: Maestro esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. ¿Qué pasaba? o eran expertos y totalmente exactos en su investigación y hallazgo, en fin. Era tan vergonzoso seguramente para la mujer, toda esta acción, traerla ante Jesús, el Rabí, el Maestro.
        Y en el vrs. 5 dice y en la ley nos mandó Moisés APEDREAR a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Observen lo que es sabiduría, justificación, santificación y redención. Y ¿por qué la Palabra dice: que Jesús vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, y bien perdido” Ahora entendamos que la pregunta va a “Aquel que es el fin de la ley”, ¡qué alegría! La ley dice, y Tú qué dices, eso es qué dice la gracia de Dios.
Recordemos que era una treta para tentarlo y poder acusarle.  Pero Jesús, nuestro amado Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Sabiduría, esto parece cuando el Referi en un partido en donde todos transpiran y nadie sabe que va suceder finalmente, quieren un final, pero no saben del verdadero final, entonces dice: “tiempo”.
Y como eran insistentes los ñañitos, Jesús se enderezó y les dijo, ahora sí soporten y reciban de su propia de su propia medicina escribas y fariseos: El que de vosotros esté SIN PECADO sea el primero en arrojar la piedra contra ella. Se supone que al traer a la mujer, trajeron las piedras también, estaban más que preparados.
          Es posible que ustedes como yo piensen, y éstos que se ofendían que Jesús sane en el templo, ¿sí podían apedrear a una mujer?
          El único que estaba en condiciones de tirar la piedra era Jesús, porque no tenía pecado. Observemos que dice: “ellos acusados por su conciencia”, porque la ley descubre el pecado. La gracia hace la diferencia lo limpia, perdona, salva. Vrs.9 “Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos, hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
          Nos encontramos acá con dos preguntas muy importantes de Jesús, el Autor de la Salvación, el Autor de la Vida:
(1)  Mujer, ¿dónde están los que te acusaban?
(2)  ¿Ninguno te condenó?
Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces dijo Jesús:
¡NI YO TE CONDENO; VETE, Y NO PEQUES MÁS!
        Es el Señor de la Justificación, Quien quitó de en medio la condenación y la culpa, el temor y todo complejo de inferioridad. Se cumple lo que está registrado en II Corintios 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos justicia de Dios, EN EL”

          Dios y Padre  gracias porque ninguna condenación hay para los que reciben la obra acabada de la cruz, porque por Su sangre fuimos justificados ante Ti; gracias en el Nombre de Jesús.

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