Personaje - El Hijo Pródigo - parte 1
Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como uno de tus jornaleros – Lucas 15:19
Es un gran día, día de multiplicación, de riqueza, de amor, de paz, día de adoración a nuestro Padre celestial, Salvador y Consolador, día de perdón. Muchos en la condición de pródigos tomarán una decisión de vida, de eternidad, de unidad hoy, gloria a Dios!
A través de esta parábola Jesús nos enseña, usando cosas o situaciones naturales que pertenecen a esta vida, para poder entender la piedad o vida sobrenatural, espiritual y poder vivirla a plenitud, vemos abiertamente:
- El amor del Padre, perdonador
- Cómo volver al Reino de Dios
Fuimos creados para vivir en el Reino de Dios, y el hombre fue echado por su traición. Pero hay suficiente amor que no termina del Padre, Quien envió a Su Hijo para nuestra salvación. Para que por gracia lo perdido sea hallado y regrese al Padre.
Para volver a la presencia de Dios:
(a) hay que volver en sí
(b) pedir perdón
(c) cambiar nuestra mente de jornalero a hijo
Somos herederos, una vez que volvemos al Padre esa herencia nunca es usurpada y no se acaba.
En cuanto al hijo mayor; de nada vale estar en el Reino de Dios con mente de esperanza solamente y no de fe, sólo mirando las bendiciones y promesas, sin recibirlas y gozarlas. El que recibe, lo vive lo comparte, en dar está nuestro mayor gozo.
Y podemos ahora ir de a pocos desde el principio:
Jesús enseña de un hombre con dos hijos, era costumbre, legal y tradicional, entregar la herencia primero al mayor, luego al menor. Pero acá sucede que el hijo menor pidió su herencia, entonces el padre se vio obligado legalmente a repartir primero al mayor para poder darle al menor, o sea que ambos recibieron su herencia.
Este hijo menor tomó su herencia y se fue lejos; y muy pero muy rápido lo malgastó todo vivió perdidamente. Y cuando le faltó, de seguro no sabía hacer nada, lo mandaron a apacentar cerdos, y llegó a lo más bajo, por hambre: a desear la comida de los cerdos, pero nadie le daba. Esto lo hizo volver en sí, a esas alturas cuanto padre lea esto dirá lo mismo que dice la Palabra “haz volver en sí a mi hijo (a)”. Lo hará mi amado o amada sin lugar a dudas, decreta buena Palabra sobre tu hijo (a) y lo recibirás personalmente. Tú estás bien en tu Reino, eres heredero, así será con tu generación, no temas, cree que al que cree todo le es posible.
Dios y Padre gracias por Jesús que nos enseñó todo lo que es el Reino, con ejemplos fáciles de recibir, porque lo natural no es igual que lo sobrenatural, lo carnal no es igual que lo espiritual, no se mueven, ni reaccionan bajo las mismas leyes, uno es por gracia, el otro es por instintos, nos haces sabios; gracias en el Nombre de Jesús.
Posted in: on 8 de noviembre de 2010 at en 2:00 a. m.