Maestro
El mismo constituyó a unos … y maestros – Efesios 4:11
Los maestros y la enseñanza tienen una función muy bien definida e importante en el Nuevo Pacto. Este es el don ministerial que aparece en las tres listas de ministerios. Operan juntos el don de pastor con maestro, profeta con maestro, evangelista con maestro. El que tiene el ministerio de maestro enseñará con tal poder y vivacidad, así como los ríos de agua viva que fluyen.
En Hechos 13:1 encontramos 5 nombres de quienes fueron profetas y maestros, entre ellos está Saulo.
La enseñanza de la Palabra de fe con amor riega las vidas de las ovejas en la Iglesia. Pablo inspirado por el Espíritu Santo escribe: “Yo planté (apóstol), Apolos regó (maestro), pero el crecimiento lo ha dado Dios (el dador de los ministerios los respalda)”. Luego dice sin lugar a dudas: “y el que planta, y el que riega, una misma cosa son; aunque cada uno recibirá recompensa conforme a su labor (ministerio y servicio). Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza (jardín) de Dios, edificio (piedras vivas) de Dios” I Corintios 3:6-9
El que riega tiene una grande expectativa, quiere ver el crecimiento, cuida las plantas. Dice en Hechos 18:27 “… fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído”. El trabajo del maestro es edificar, nunca destruir ni derribar.
Esto expresó un gran profeta y maestro de Dios “yo no escucharía a un maestro que no está dispuesto a aprender” su lugar es mantener humildad de espíritu y de mente. También dijo: “mientras más sabemos, más nos damos cuenta de lo que no sabemos”. “Los sabelotodo” jamás aprenden algo nuevo y fresco, por lo tanto tampoco fluyen en la Palabra revelada para enseñar.
El espíritu de sabiduría y de revelación señalan el ministerio de un maestro. Aprendan que la enseñanza de la Palabra es importante, las señales y milagros nunca establecerán a un cristiano en la fe. Buscarán a los que hacen milagros, pero no al productor de los milagros. A Jesús sólo se le conoce por la Palabra, al Padre sólo se le conoce por la Palabra, al Espíritu Santo sólo se le conoce por la Palabra. El conocerlos marca la confianza y la intimidad en nuestras vidas, que tenemos Dios y Padre, Señor, Rey, y Salvador; Espíritu Santo, consolador, consejero y guía fiel. Cuando los conozco, mi vida de oración, alabanza, adoración será más íntima, mayor confianza, entonces esa Palabra de confianza, de conocimiento me levantará en fe para operar con osadía en lo que tenga que hacer. Gracias a Dios por el ministerio del maestro.
Dios y Padre gracias por estos 5 regalos o dones dados a la Iglesia, imposible estar incompletos en Ti sólo en Ti estamos completos, pertenecemos a un reino de luz, de verdad, en crecimiento, bien edificado, por causa de tus dones ministeriales que pueden fluir en la Palabra de gracia y de verdad; gracias en el Nombre de Jesús.
Los maestros y la enseñanza tienen una función muy bien definida e importante en el Nuevo Pacto. Este es el don ministerial que aparece en las tres listas de ministerios. Operan juntos el don de pastor con maestro, profeta con maestro, evangelista con maestro. El que tiene el ministerio de maestro enseñará con tal poder y vivacidad, así como los ríos de agua viva que fluyen.
En Hechos 13:1 encontramos 5 nombres de quienes fueron profetas y maestros, entre ellos está Saulo.
La enseñanza de la Palabra de fe con amor riega las vidas de las ovejas en la Iglesia. Pablo inspirado por el Espíritu Santo escribe: “Yo planté (apóstol), Apolos regó (maestro), pero el crecimiento lo ha dado Dios (el dador de los ministerios los respalda)”. Luego dice sin lugar a dudas: “y el que planta, y el que riega, una misma cosa son; aunque cada uno recibirá recompensa conforme a su labor (ministerio y servicio). Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza (jardín) de Dios, edificio (piedras vivas) de Dios” I Corintios 3:6-9
El que riega tiene una grande expectativa, quiere ver el crecimiento, cuida las plantas. Dice en Hechos 18:27 “… fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído”. El trabajo del maestro es edificar, nunca destruir ni derribar.
Esto expresó un gran profeta y maestro de Dios “yo no escucharía a un maestro que no está dispuesto a aprender” su lugar es mantener humildad de espíritu y de mente. También dijo: “mientras más sabemos, más nos damos cuenta de lo que no sabemos”. “Los sabelotodo” jamás aprenden algo nuevo y fresco, por lo tanto tampoco fluyen en la Palabra revelada para enseñar.
El espíritu de sabiduría y de revelación señalan el ministerio de un maestro. Aprendan que la enseñanza de la Palabra es importante, las señales y milagros nunca establecerán a un cristiano en la fe. Buscarán a los que hacen milagros, pero no al productor de los milagros. A Jesús sólo se le conoce por la Palabra, al Padre sólo se le conoce por la Palabra, al Espíritu Santo sólo se le conoce por la Palabra. El conocerlos marca la confianza y la intimidad en nuestras vidas, que tenemos Dios y Padre, Señor, Rey, y Salvador; Espíritu Santo, consolador, consejero y guía fiel. Cuando los conozco, mi vida de oración, alabanza, adoración será más íntima, mayor confianza, entonces esa Palabra de confianza, de conocimiento me levantará en fe para operar con osadía en lo que tenga que hacer. Gracias a Dios por el ministerio del maestro.
Dios y Padre gracias por estos 5 regalos o dones dados a la Iglesia, imposible estar incompletos en Ti sólo en Ti estamos completos, pertenecemos a un reino de luz, de verdad, en crecimiento, bien edificado, por causa de tus dones ministeriales que pueden fluir en la Palabra de gracia y de verdad; gracias en el Nombre de Jesús.
Posted in: on 19 de septiembre de 2009 at en 7:06 a. m.
