Adornados de Justicia


Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti – Isaías 54:14

Y en verdad toda la Palabra nos adorna porque nos justificó. Cuando dice que “por Su llaga fuimos curados” la base para saber que esa Palabra funciona para nosotros, y que es real HOY es “nos justificó”. Será bueno recordar lo que dice II Corintios 5:17: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hecho justicia de Dios en El”. Romanos 5:1Justificados pues por la fe, tenemos paz (bienestar, prosperidad) para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Romanos 3:21Pero ahora, aparte de ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y los profetas”. Romanos 6:7Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado”. La única forma de alcanzar la justicia de Dios es muriendo al pecado, aceptando la obra acabada de la cruz por Jesucristo, Quien fue nuestro sustituto, y saber que estamos libres de condenación y de toda culpa. Que Dios Padre nos ve a través de la sangre de Jesús, y esa sangre preciosa, alto precio; de haber estado ennegrecidos por el pecado, del color de la grana, o del carmesí nos convierte en tan blancos como la nieve, o blanca lana (Isaías 1:28).
Libres de culpa, sin deuda, sin condenación, sin temor, sin complejo de inferioridad, estar a cuenta con Dios – con todo cancelado, consumado, y no sólo eso, sino que la justicia nos adorna = nos da una posición lejos de la opresión, donde ni el temor podrá acercarse a nosotros.
Por gracia sois salvos; sin deuda para nosotros, sin cobrarnos absolutamente nada, de regalo, gratis completamente, Su sangre nos limpió, y colocó frente al Padre, como si nunca hubiésemos hecho pecado, o traición. La Palabra, Jesucristo, el Verbo nos limpió completamente, sin retroceso, sin retorno, Su sangre lo logró, operó, nos lavó; quedamos tan limpios que en Apocalipsis 1:6 dice que “nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, Su Padre …
Así vemos en Romanos 3:10-20 podemos darnos cuenta de quienes Dios habla que son injustos. Por lo tanto pone claridad en los que somos justos, adornados con justicia, lejos de opresión y temor, gloria a Dios.
Amados para todo lo que anhelemos o tratemos de aprender de Dios y Su Palabra y Su Espíritu Santo, necesitamos un fundamento, tal como una casa no puede ser edificada sin fundamento, sin piedra angular, al igual nuestro fundamento es la Justicia de Dios que nos liberta, nos declara inocentes, y aptos para entrar al Reino de Dios, donde vivimos, hablamos actuamos, percibimos, gozamos y somos felices, porque el Reino de Dios no es bebida, ni pan, mas justicia, gozo y paz.
Esto es como el que está en prisión siendo juzgado, su causa está en juicio, el juez, el fiscal y su abogado están trabajando, el fiscal para condenarlo, el abogado para presentar defensa, y el juez para juzgar su causa si será declarado libre o culpable. El culpable es prisionero, no goza de libertad, es más ni de comida buena, ni cama buena, menos de otra cosa. Pero el Abogado Supremo, presenta el pago total de la deuda del acusado al Juez Justo y finalmente satisfecha la justicia lo declara LIBRE. El libre goza de todo lo que hay en la casa de Su Padre.

Dios y Padre gracias por habernos justificado, de tal manera que encontramos en Romanos 8:1 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que estamos en Cristo Jesús” y hemos sido adornados con justicia, a causa del Justo de Dios; gracias en el Nombre de Jesús.

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