Poder para las riquezas - parte 3

No es que busque buenas dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta – Filipenses 4:17

Hasta aquí hemos aprendido a vivir de pronto solamente en nuestras fuerzas, y expresamos: yo tengo que trabajar y trabajar para proveer todo lo que necesito, la Buena Nueva es descansa en tu Padre que te ama, y te está enseñando una nueva forma de vida, “no es vivir para trabajar” “cansarse de vivir y trabajar” sino “vivir para gozar todas las bendiciones de mi Padre”.

No está enseñando el Espíritu Santo a ser haraganes o flojos y a no trabajar, porque Bíblicamente el trabajo es una bendición, tener un horario, cumplir ese horario puntualmente, y dentro de ese horario ser un trabajador de calidad de productividad, eso es lo glorioso, Dios dijo a Adán que estas eran sus funciones en el Huerto del Edén que le dio por hogar y sede de trabajo en Génesis 2:14 que, (a) lo labrase y (b) lo guardase.

Vivimos en el tiempo de la gracia y la promesa; bien, trabajemos para ser de bendición a aquellos para los que trabajamos y/o en nuestra propia empresa. Pero no trabajemos a la forma del tiempo de la maldición: “con el sudor de tu rostro” por lo tanto, cambia de canal, pásate al canal de los bendecidos, de los productivos, de los reyes, de los señores.

Proverbios dice: has visto hombre diligente, delante de los reyes estará. Recuerdan o pueden leer el devocional de ayer todo lo que Dios ha puesto dentro de ti, para inventar, proyectar, diseñar, y enseñar a otros. Creo en el Señor sinceramente, que este tiempo en que muchos hijos de pacto, no encuentran trabajo en las largas filas que salen a hacer para que les den un puesto de trabajo, es porque deberían poner a funcionar lo que son y lo que tienen.

Esto de ser prósperos es como la sanidad, van al médico (y no es malo, si no tienes fe en Dios, anda no mueras), van a la farmacia a gastar su dinero; sin darse cuenta que “el Sanador vive en ellos” y que “toda la medicina si no está dentro de ellos está en su Biblia”, como le decía a alguien si vas al médico te receta algo y yo lo tomo, no te hará bien a ti. A diario se les está entrenando a tomar su medicina, a conocer lo que les ha sido concedido, en el tiempo que pasan con Dios su Padre y Su Palabra, es pasar tiempo con el Sanador, el Prosperador de tu vida, es pasar tiempo con la vida misma, ¡qué delicioso y sabio por cierto!

Amen las Escrituras porque en ellas encuentran la vida, el camino y la verdad al mundo de la prosperidad y no como Mac Pato, sino como hijos de pacto del Dios verdadero, Josué 1:8 hay una conexión entre las Escrituras y tú, “Nunca, se apartará de tu boca (declara la Palabra) este libro de la ley (Palabra), sino que de día y de noche meditarás en él, para que (a) guardes y (b) hagas conforme a TODO lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y TODO TE SALDRA BIEN”.

Padre Celestial gracia por tu paciencia, amor y provisión de la Palabra para nuestras vida, realmente en ellas encontramos todo los secretos y misterios de la vida, que han estado guardados para los hijos, esto es para mi, meditaré en tu Palabra día y noche haré prosperar mi camino, y todo me saldrá bien, es mi responsabilidad, en el Nombre de Jesús.

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