La Deidad - parte 2
… El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y éstos tres son uno – I Juan 5:8
En Efesios 1:19-20 “y cual la Supereminente Grandeza de Su Poder para con nosotros que creemos, según la operación del poder de Su fuerza, la cual operó en Cristo , resucitándole de los muertos y sentándole a Su diestra en los lugares celestiales”
También en Colosenses 2:9 Jesucristo Hombre, el Padre envió el Espíritu Santo para ungirlo cuando subió de las aguas bautismales y el Padre mismo habló, diciendo que Jesús es el Hijo amado en Quien tiene complacencia. En El vemos la plenitud de la Deidad, y el vr. 10 dice “y vosotros estáis completos en Jesucristo, que es la cabeza de todo principado y potestad (no cola, El señorea, nosotros también por El)
Veamos a Jesucristo en forma muy condensada en las Escrituras:
I Timoteo 3:16 “E indiscutiblemente grande es el misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne, (el Hijo)
Justificado en el Espíritu,
Visto de los ángeles,
Predicado a los gentiles,
Creído al mundo,
Recibido arriba en gloria.
Apocalipsis 1:5,8:
Y de Jesucristo el testigo fiel,
El primogénito de los muertos,
Y el soberano de los reyes de la tierra.
Al que nos amó,
Y nos lavó con Su sangre.
Yo soy el Alfa y la Omega,
Principio y fin, dice el Señor,
El que es y que era y que ha de venir,
El Todopoderoso.
Apocalipsis 1:17-18 “… y El puso Su diestra sobre mi, diciéndome: No temas;
Yo soy el primero y el último;
Y el que vivo, y estuve muerto;
Más he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén.
Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
Y para terminar veamos I Juan 5:6-8:
“Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre;
no mediante agua solamente,
sino mediante agua y sangre.
Y el Espíritu es el que da testimonio;
porque el Espíritu es la verdad.
Porque tres son los que dan testimonio en el cielo:
· El Padre
· El Verbo
· Y el Espíritu Santo
Y estos tres son UNO
D amos la gloria, la honra y el poder a nuestro amante Padre celestial dador-proveedor-protector, a nuestro Señor Jesucristo el Salvador, Redentor, libertador de nuestras vidas, al que tomó el lugar de maldición nuestro para darnos vida eterna, salud, prosperidad y nos justificó, al Espíritu Santo el que opera con poder en las vidas, el Consolador, el Consejero, el Guía fiel, en el precioso y glorioso Nombre de Jesucristo.
Posted in: on 9 de febrero de 2010 at en 2:00 a. m.