El Amor, El Perdón y El Olvido


Señor ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete – Mateo 18:21-22

No podemos amados, mejor dicho es imposible continuar en la vida, sin amar, sin perdonar y sin olvidar. Un varón de Dios contaba en una oportunidad, que en una reunión que su esposa hizo en casa, rompieron el asa de un taza de te muy querida por ella, debido a que alguien de Inglaterra se la regaló, y tenía un tremendo valor para la persona y para su esposa. Cada que bajaba a su comedor, veía la vitrina y decía: ¿te acuerdas de esta persona que rompió mi tacita en esa reunión x?. Esto sucedía cada día, en diferentes horarios. Hasta que una noche, él tiró la taza al basurero y chao. Al día siguiente la esposa buscó la taza para el poema de dolor y culpa diario. No la encontró, y dijo qué pasó con la taza rota, bonita que fulana de tal la dañó; el esposo dijo: yo en amor y perdón me tomé la libertad de votarla para siempre, y así termine tu lamento. ¿Saben qué pasó? “quitado el muerto, olvidado el velorio”. Nunca más miró a la vitrina, y si lo hizo, no encontró nada. Así deberíamos hacer en nuestras vidas, destruir en forma material, o en nuestra mente o corazones, la prueba del delito, y chao para siempre.
La fe se desarrolla meditando la Palabra de Dios; el temor se desarrolla meditando las mentira de Satanás, esa meditación temerosa se llama preocupación, NO LO HAGAS. Toma fe para perdonar, la fe es la fuerza que la Palabra da para hacer lo que ella dice. Jesucristo clavó en la cruz del calvario el cuerpo y la prueba del delito, en Su carne llevó todo pecado y pecados, maldiciones, iniquidades, enfermedades, dolencias, y también clavó el acta de decretos que tenía Satanás contra nosotros; y lo tiró a la tumba y al infierno. Resucitó en gloria, en victoria total ¿para El? No porque El nunca hizo pecado, fue por nosotros. Eso se llama PERDON TOTAL. Practiquémoslo nosotros también. Nadie en esta tierra es la gran pomada para que se crea lo máximo, a mi me lo hizo, eso no lo olvidaré, pues pones tu cuello bien metido en la boca del león, no te acariciará, te triturará, CUIDADO.
Es interesante que ahora en los consultorios médicos, ante enfermedades, ellos revisan si la persona tiene falta de perdón, o raíz de amargura. El consejo del profesional es “perdone, cortemos la raíz de esta enfermedad”. Aunque ellos quizás no conocen la procedencia del perdón, y que el olvido va ligado al perdón, al menos lo aconsejan.
El perdón es difícil entenderse sin Dios, y sin la sangre de Jesús, es Su sangre las que nos limpia, nos deja nuevos, es el don o el regalo del perdón que nos convierte en nuevas criaturas. El arrepentimiento es la actitud real que toma el hombre delante de Dios, y toma la decisión del cambio de dirección en su vida, la gracia de Dios alcanzó a este hombre para ser redimido, perdonado; y dice la Palabra que sin sangre no se hace remisión.
Cuando entendemos todo lo que involucra el perdón, y Quién es la fuente, entonces podemos aprender a perdonar y vivir el estilo de vida de perdón que a Dios le agrada para nosotros. Perdonar es despojarnos de algo, puede ser de ira contra alguien, venganza contra alguien, rencor, amargura, y la lista que ustedes puedan añadir. Y nos despojamos de todo aquello que no agrada a Dios, para poder adorarle, alabarle y mantener una comunicación limpia con El. Dice la Palabra que un Espíritu somos con El; y donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad. No hay libertad donde hay falta de perdón.
Las cárceles están llenas de gente que cometió algo contra alguien, y están condenados, y otros están por ser juzgados por lo que hicieron, aún la tierra tiene sus leyes de limpieza en la sociedad. Pero una vez que esa gente es perdonada sale libre; a vivir un estilo de vida libre para reinsertarse a la sociedad.
Nosotros estábamos lejos de Dios, apartados de la ciudadanía celestial, sin Patria, sin Dios, éramos por naturaleza hijos de ira – qué terrible y de allí Dios nos redimió con la sangre de Su Hijo. Ya fuiste perdonado, no pierdas tu estilo de vida, perdona también tú con la misma gracia que fuiste perdonado.

Dios y Padre gracias por perdonarme, redimirme, librarme de la muerte que vivía, Gracias por Jesucristo nuestro Señor y Su sangre preciosa, precio alto que se pagó por mi libertad, gracias por el poder del Espíritu Santo que me sacó a la posición de estar sentado juntamente con Cristo en lo lugares celestiales, tengo Dios, tengo patria, tengo libertad; gracias en el Nombre de Jesús.

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