Victoria Total

Bástate Mi gracia – II Corintios 12:9

Vimos ya a Saúl y a David, Saúl tuvo fracaso total, David tuvo victoria total. ¿Cuál fue su secreto?

Ø David fue un hombre conforme al corazón de Dios – I Samuel 13:14; Hechos 13:22

Ø ¿Fue perfecto? NO. Falló y varias veces pero encontramos Salmos 34, 51 y otros a favor de él, hablando a Dios completamente arrepentido

Ø Nunca dejó que la amargura haga presa de él, ningún espíritu malo pudo dominarlo, ni se le acercó, aún en medio de los filisteos, todo su corazón estuvo a favor del pueblo de Dios.

Ø No tuvo celo, envidia, no defraudó. Cuando Dios le dijo que él no le edificaría casa, no se entristeció, juntó todo lo que pudo para que el siguiente edificase la mejor casa a Dios.

Ø David cerró las puertas en su vida al enemigo de Dios, pero no cerró a Dios ninguna puerta.

Ø Fue un cantor, se gozó en la presencia de Dios y fue un adorador.

Ø Su trono jamás se quedó sin rey, Jesucristo viene de la tribu de Judá, de la raíz de David.

Otra personalidad, varón de Dios que podemos ver es Pablo, en su pasado un criminal en serie, un religioso fariseo, un tradicional, pero una vez que Cristo Jesús lo tocó, cambió y fue uno de los del Camino, y escribió el gran porcentaje del Nuevo Testamento. Dios le dice un día “Bástate Mi gracia, porque Mi poder se perfecciona en la debilidad” para entender lo que Dios dice acá veamos que le estaba sucediendo a Pablo - II Corintios 12:7 “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me a bofetee, para que no me enaltezca sobremanera”. Vamos a fijarnos en: “el aguijón en la carne” era nada menos que “un mensajero de Satanás que le abofeteaba” era una espina que producía dolor en él. Y en el vrs. 8 dice: “respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho…

Hay que entender que en su sabiduría animal, carnal, diabólica, Satanás asigna mensajeros atormentadores, así como a Saúl, fue con Pablo. Pero Pablo habló a Dios, pidió a Dios, y Dios le dijo “bástate Mi gracia … “ esto es: “Tienes Mi habilidad, úsala”. Pablo era un ungido de Dios, lleno del Espíritu Santo, conocedor de lo que él mismo dijo en I Corintios 12:1 “No quiero que ignoréis hermanos, acerca de los asuntos del Espíritu Santo” y enseña sobre los dones. Vez tras vez escribió porque “ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros” “porque el Espíritu Santo me prohibió” “porque en sueños me ha dicho que no sufriremos ninguna pérdida”. Amados un hombre que no se dejó apabullar, o dominar de ningún espíritu inmundo, al extremo que un día los demonios dijeron: “A Cristo conocemos, a Pablo conocemos, pero ustedes quienes son …” y fue terrible lo que hicieron. ¿Por qué conocían a Pablo? ¿Porque los acariciaba? NO, era porque a cada rato los echaba fuera de la vida de la gente, el don de discernimiento de espíritus en Pablo era tan agudo, que éstos le temblaban, porque Hechos 10:38 fue tan real en Jesús, como para Pablo; y debe serlo para nosotros.

Pablo dijo a sus hermanos los judíos que tienen celo pero no conforme a ciencia (Romanos 10:2). El no estaba involucrado en celos, envidias, murmuraciones, palabras deshonestas, estaba involucrado todo él en la Palabra de Dios, juntamente con Cristo crucificado en la carne, no dándole lugar al enemigo, así el diablo no podía tomar ventaja de él.

Es el apóstol Pablo que dice al final de sus días en una victoria total: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardo la fe. Por lo demás me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman Su venida” (II Timoteo 4:7,8).

Amados vivamos para Cristo, no para el enemigo, vivamos la fe en el Hijo de Dios, vivamos para alegrar el corazón de nuestro Padre, vivamos de la sonrisa de nuestro Padre, vivamos para honrar al crucificado y resucitado, vivamos guiados por el Espíritu Santo de Dios, porque así viven los hijos de Dios.

Espíritu Santo gracias, por guiarnos en todo amor a la victoria total que Cristo nos trazó en la cruz del calvario y lo selló con Su resurrección a vida eterna; gracias por tu consuelo y consejo, al Padre le agradó que Tu vivas en nosotros, que seamos el templo del Espíritu Santo, y estemos llenos de Ti, gracias en el Nombre de Jesús.

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