Añadid al Dominio Propio, Paciencia


…, añadid a vuestra fe, virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia. … – II Pedro 1:5

Qué tremendo todo lo que hemos aprendido de fe, virtud, conocimiento, dominio propio. Ahora nos toca paciencia, mucho se habla que “no se te ocurra pedir paciencia, porque entonces los truenos y relámpagos serán sobre tu cabeza”. Bueno no es para tanto, veamos cómo se trata esto bajo la verdad de Dios. Dice la Palabra que nosotros “añadimos” todos estos ingredientes de vida zoe a nuestras vidas; exactamente dice: “vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, AÑADID a …”
Entonces yo añado PACIENCIA a mi FE. ¿Qué es paciencia? Acá si el Diccionario Español se pasó de vuelta, con su definición. Ya que no va algo acorde con la Biblia, veamos que nos dice la Palabra sobre PACIENCIA: mansedumbre, perseverancia, humildad, docilidad, suavidad, dulzura, sumisión. Tengo una definición personal: paz + ciencia = paciencia
Busca la paz y síguela dice la Palabra; paz es lo que más busca el mundo, todo lo contrario a división, pleito, guerra, enfermedad, dolor, escasez; contrario a depresión, a opresión. Jesús dijo: “Mi paz os dejo, Mi paz os doy, no como el mundo la da, YO os la doy”. Y hemos visto lo que es ciencia o conocimiento refiriéndonos a la Palabra de Dios. Si unimos paz y conocimiento entonces tendremos PAZ, y la añadiremos a nuestra FE.
En Hebreos 12:1,2 encontramos la instrucción de la Palabra “corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puesto los ojos en Jesús el autor y consumador de nuestra fe” De Jesús podemos aprender en su andar en esta tierra, El pudo haber desaparecido en un milésimo de segundo a fariseos, saduceos, herodianos, a los principales de la Sinagoga, pero tuvo paciencia y cumplió cada tiempo asignado en esta tierra, hasta ir a la cruz; llegó al punto que con paciencia pasó en medio de los que lo criticaban y querían matarlo, porque sabía que no era Su hora de ir a la cruz, y que Su muerte sería en una cruz. Lo importante que es tener conocimiento de la Palabra, para entender tiempos y sazones, no es apresurándonos, no es conformándonos, es sabiendo con paciencia lo que nos toca vivir.
En Romanos 15:6 dice: “Pero el Dios de toda paciencia y de la consolación os de entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús”. Recordemos que el éxito de Jesús estuvo en “hablar todo lo que oyó del Padre, y en hacer todo lo que veía hacer al Padre”. Y el Padre es el Dios de toda paciencia.
Pensando, y revisando entonces nuestras vidas, podemos recorrer el camino, tomar la clase de fe de Dios y viene o es por la Palabra; añadirle virtud, luego conocimiento, luego dominio propio, luego paciencia. Lleguemos a nuestra meta amados, todo lo necesario nos ha sido otorgado. Tenemos un Rey de reyes, un Consolador presente en la Iglesia, en nosotros, tenemos el Nombre de Jesús, Su sangre preciosa, Su Palabra, nos ha sido dada autoridad en Su Nombre. ¿Hay algo que nos falta? Lo que falta, no es falta de parte de Dios, sino de parte nuestra –tomemos nuestra real responsabilidad- y esto es amar la Palabra.

Dios y Padre gracias por ser el Dios de toda paciencia, y como nuestro Padre podemos ser como Tú, y el Espíritu Santo nos ayuda en cada debilidad y nos fortalece ; gracias en el Nombre de Jesús.

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