Mi Consejero

Se llamará Consejero   Isaías 9:6

         Es el atributo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. En cualquiera de ellos que busques consejo lo tendrás y de lo mejor. Para estos postreros tiempos Jesús dijo que enviaría al Consolador, al Consejero de nuestras vidas, y lo llama el Espíritu de verdad Quien nos guiaría a toda la verdad, nos revelaría lo que el Padre y el Hijo hablan de nosotros y nos mostraría las cosas que van a venir, hemos sido creados para conocer todas estas cosas espirituales y terrenales.
         En los momentos más difíciles de la vida es el Consejo de la Palabra de Dios, o la voz inmediata de Dios que nos alcanza, nos da paz, y salida a cualquier situación. El Apóstol Pablo decía “no he rehusado daros todo el consejo de Dios”. Dios sabe escucharte y sabe hablarte. En toda la Escritura menciona “y dijo Dios” “oyó Dios” “respondió Dios” “y Dios dijo: ve y dile” “y en sueños el Espíritu Santo me dijo que no sufriremos ninguna pérdida”, “percibí en mi espíritu, que no debía ir por allí” “de pronto el Espíritu Santo me detuvo de hacer esa acción”, “el Espíritu Santo me prohibió pasar por esa ciudad”, “en una visión el Señor me mostró que vaya a tal familia”.
Dios es fiel, más fiel de lo que muchos podemos imaginar o pensar. Dice Su Palabra en Efesios 3:20 “Y a Aquel, que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”. Hay un poder supremo operando en ti, que has sido lavado por la sangre de Jesús.
Jesús nuestro amigo fiel, el Espíritu Santo nuestro guía fiel. Podemos buscar el consejo de amigos, familiares y aún conocidos del trabajo u otros lugares, y de seguro tendrán algún consejo; pero si el consejo viene por la guía del Espíritu Santo en la persona, y tú espíritu da testimonio de que el consejo viene de Dios, allí hay seguridad para hacer el consejo; muchas veces no buscamos confirmación en nuestro espíritu; y luego la sufrimos, y todavía decimos ¿por qué a mi Dios? Como si Dios fuese el autor de la tristeza, o circunstancia adversa que pasamos. Deberíamos decirnos ¿por qué me hago esto? ¡qué corcho que soy!. Ríanse, les hace bien. Así deberían reírse cuando algo triste les sucede, y no por culpa de Dios. El está presto a darnos Su consejo y sacarnos de situaciones adversas.
          Su Palabra libra, conforta, hace feliz. Busca siempre Su consejo, está en la Biblia, o en Su voz hablándote y ayudándote como nadie puede hacerlo en esta tierra.
         
          Dios y Padre  gracias por  nuestro Señor Jesús, nuestro ayudador el Espíritu Santo, por todo el consejo puesto a nuestra disposición todos los días de nuestra vida, nunca estamos solos ni desamparados; gracias en el Nombre de Jesús.

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