Creen que puedo hacer esto?

Y Jesús les dijo: ¿creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí Señor  – Mateo 9:28

Encontramos acá a 2 ciegos siguiendo a Jesús y dando voces diciendo:
                          (1) ¡Ten misericordia de nosotros,
                          (2) Hijo de David!
Seamos sabios al escudriñar, éstos ciegos venían reconociendo en Jesús, no al simple hijo de José y María, ni insultándole que es un blasfemo, que se las da de poder perdonar pecados, o que echa fuera demonios por Belzebú el príncipe de los demonios, los fariseos, saduceos y otros que hacían esto eran tan ignorantes, e incrédulos y verdaderamente ciegos los pobres, teniendo ojos no pudieron ver a Jesús; como estos ciegos, valga la expresión “lo vieron o detectaron”. Si llego a ser tan fuerte que los despierte, la gloria es para el Señor, solamente para El, y el milagro de conocer al verdadero Jesús es para ustedes, y recibir lo que necesitan será motivo de dar toda la honra a El.
El reconocimiento de Quien es el Señor, te da la gran oportunidad de lograr de El, lo que tú necesitas que El supla en tu vida; no es la religión, no es la adulación, no es la tradición de los ancianos, no es el error por ignorancia, o por vanagloria, lo que atraerá a Jesús a ti, para que pueda decirte ¿Crees que puedo hacer esto por ti?. Es el reconocer que es suficiente en misericordia, en compasión, en amor, y que El es Dios Hijo, el verdadero Hijo de Dios, el Cristo ungido, Aquel que es el único que te puede hacer nacer de nuevo, e ingresar al Reino de Dios, Aquel que puede y quiere sanarte hoy, porque hace más de 2000 años ya hizo provisión de sanidad y medicina; Aquel que ya te enriqueció, y que si hoy le pides te hará gozar de toda esa provisión. Ha puesto a disposición Su Nombre, Su sangre, Su Testimonio, todo lo que El es, no hay más que dar por ti. Lo dio todo, si tienes al Hijo tienes la vida. El dijo que la daba en abundancia.
Vida para vivirla acá, vida para irnos con El, y vida para vivirla por la eternidad con El, en todas las etapas que tengamos que vivirla, en el cielo, luego reinando con El en esta tierra, y finalmente en tierra nueva. Son buenas nuevas amados, no tenemos malas nuevas, es contraproducente, ¿verdad?, el evangelio de poder, el evangelio del Reino es buenas nuevas.
        Estos dos ciegos, no como: los fariseos, ni saduceos, ni herodianos, ni los actuales ciegos espirituales, agnósticos, religiosos, tradicionales. Estos eran ciegos que no podían ver la luz del día, ni nada de lo que existe en el mundo. Estos ciegos siguieron a Jesús, anhelaron su milagro, sabían que El podía operar el milagro que ellos necesitaban. Y de seguro no estaban hablando sino usando su potente voz, esto es voz en cuello como decimos, con todo el equipo de sonido y micrófono personal que sus pulmones podían ejecutar y reproducir; lo siguieron hasta la casa a la que fue, no se quedaron a medio camino, Jesús no volteó ni retrocedió para atenderlos; ellos fueron tras su Sanador; miren lo que lograron de Jesús, ¡ah qué riqueza de pregunta!: “¿Creéis que puedo hacer esto?” y la respuesta de ellos es maravillosa, estridente, suena a través de los siglos, escrito está; Ellos dijeron: Sí, Señor.
          Acá viene la fe activada que hizo que Jesús actúe: Entonces les tocó los ojos, tal como hoy lo hace diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. Y los ojos de ellos fueron abiertos.
          ¿Cuál fue la parte de ellos? Activar su fe: actuando y declarando Quien es Jesús; ¿cuál fue la parte de Jesús? Decir lo que vio de ellos, el anhelo de ellos, su expectativa conforme a su fe, y así fue, significa que Jesús escuchó la fe de ellos. Posiblemente hubo algún esfuerzo de ellos, interna o externamente; de parte de Jesús era natural, hacer lo que hizo, siempre dirá “es Mi privilegio verte como Mi Padre te creó, perfecto”.

          Dios y Padre  gracias por todos los que hoy leen este devocional, oro que todos reciban su sanidad, o cualquier otra necesidad que tengan sea hoy suplida, porque amas suplir mucho más que a los pajarillos, y mucho más que a los lirios del campo; gracias en el Nombre de Jesús.

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