El Efecto de la Justicia
Jesucristo es la justicia nuestra, y el efecto de Jesucristo en nosotros es paz, salud, bienestar, sobreabundancia. El está lleno de riquezas Su efecto en mí es provocar que Sus riquezas sean reales en mi vida. El es mi Sanador, el efecto de Jesús en mí, es sanidad; toda promesa está dentro de la gracia, y por gracia fuimos salvos, libres de todo el pasado, y toda maldad; por lo tanto ahora yo puedo gozar en Cristo toda la herencia que me ha concedido por amor, por perdón, porque en El tú y yo estamos completos. El Padre nos ve en Cristo, a Quien ve es al Hijo amado, y en El nos ama.
En la Parábola del Hijo Pródigo, el padre no escuchó nada del hijo, lo único que sabía era que tenía que ejecutar el plan y acciones que se había propuesto en su corazón perdonador, dador, y que para él nunca perdió su casa y herencia, malgastó la herencia que pidió, pero el padre tenía de su sobreabundancia, no sólo vestido, anillo, sandalias, sino becerro gordo criado específicamente para él, para el día de su regreso, el gozo de volver a verlo, el gozo de ver sus expectativas cumplidas, dio a lugar a que el perdón que tomó lugar en su corazón desde el día que el hijo se fue, el día que regresó brote y se haga efectivo, ante todas sus amistades, sirvientes y ante el hijo mayor.
Parece solamente una parábola, pero está el corazón del Padre que conoce Jesús, El siempre para dar a conocer algo sobrenatural usaba lo natural, lo entendible, y dio a conocer la justicia del Padre, cuando vio al hijo, olvidó el pasado, y el gozo fue lo único que se vio, en su dar, en su fiesta, en matar y preparar el becerro gordo, no estaba loco el mayor al reclamar el becerro gordo que nunca mandó matar para él; la justicia de Dios tiene un efecto y este efecto es PAZ, Jesús lo enseñó. El padre no hizo todo lo que hizo por lo que dijo el hijo, sino porque el efecto de Su justicia es paz. En la paz no hay dolor, no hay pasado, no hay escasez, no hay odio, no hay venganza, no hay pérdida, sólo hay victoria, ganancia, expectativa de lo mejor en Cristo.
Saber que uno es justo, es hablar de “soy feliz, muy feliz” es saber que puedo gozar del Reino mi Reino en esta tierra, pero que puedo entrar al Reino de los cielos, y ver cara a cara a mi Padre, mi Salvador y al Espíritu Santo, aunque sé que El está acá con nosotros; pero también lo veremos cara a cara. Yo he visto a Jesús, pero de seguro verlo en el cielo y para siempre será lo máximo.
Dios y Padre gracias por Tu justicia que ahora es nuestra, y porque el efecto de Tu justicia es paz - bienestar, prosperidad, sobreabundancia, es “nadie me podrá hacer frente todos los días de mi vida” porque soy JUSTO; gracias en el Nombre de Jesús.
Posted in: on 23 de agosto de 2010 at en 2:00 a. m.