Jesús el Sanador - parte 1
Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes, y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con El – Hechos 10:38
¡Qué maravilloso Jesús! ¡El Sanador en casa está! ¡La medicina de Dios en casa está!
Jesús no es la segunda persona de ninguna trinidad, ni el Espíritu Santo es la tercera persona, limpiemos nuestras mentes y depositemos la verdad en ella. Son Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, aún los enemigos de Israel en el Antiguo Testamento decían "los Dioses de Israel". Colosenses 2:8-9 dice así: “Mirad que NADIE os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y NO SEGÚN CRISTO. Porque en Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. Nada como la Palabra, y el Espíritu Santo para enseñarnos y revelarnos la verdad.
Tomemos conocimiento y oro que hoy como nunca antes se den cuenta que la oración del Apóstol Pablo es para nosotros y está en Efesios 1:17 “Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo el Padre de gloria, OS DE espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que SEPÁIS … “ continúen ustedes hasta el versículo 23 por favor, porque habla de Jesús – la Palabra, y el Espíritu Santo el Poder de Dios.
Jesús es Dios, Jesús es el Verbo, el Verbo es Dios, Jesús es la Palabra, Jesús es el Hijo de Dios, el Unigénito del Padre. Jesús es Rey y Señor, Jesús es Salvador y Justificador: es Redentor y Libertador, es Perdonador porque es Señor de toda gracia, por gracia nos dio la verdad y la verdad nos hizo libres; Su sangre preciosa nos lavó todo pecado, nos hizo libres de la condenación, culpa, temor y complejos de inferioridad; es el Dador de la Vida y vida en abundancia, es Sanador y sólo hace bienes y sana a todos los oprimidos por el diablo, es Prosperador porque suple todo lo que falta conforme a Sus riquezas en gloria. Es el Rey y Señor del Reino de Dios o Reino de los cielos y no tiene súbditos, nos creó para reinar y señorear como El y con El, poniendo a nuestros enemigos debajo de Sus pies.
Por la llaga de Jesús fuimos sanados, El fue hecho una sola llaga, para que “por Su llaga fuésemos nosotros curados”. Dio Su vida entera, completa, para tener vida y vida en abundancia. Que tal si leemos también, la Palabra es exquisita y es viva y eficaz:
I Pedro 2:24 “Quien (Jesús) llevó El mismo nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia, y por cuya herida fuisteis sanados” Ese es el punto principal que venimos hablando, muertos a los pecados, muertos a la enfermedad, muertos a la dolencia, sólo podemos vivir en Cristo, esta vida no le pertenece al enemigo, ni la puede tocar, somos propiedad privada de Jesucristo, el Espíritu Santo vivificó y vivifica aún nuestros cuerpos mortales, creamos por salud y bienestar, por paz y largos días de buena vida.
Dios y Padre gracias decretamos nuestra salud y vida divina, decretamos la salud y vida divina de nuestra familia y nuestras amistades y aún más de todo aquel que Jesucristo salvó dando Su sangre y Su vida y haciéndose una llaga terrible por todo lo que lo hicieron sufrir, con azotes, corona de espinas y bofetadas y cuanta cosa más que le hicieron, aceptamos ese precio porque por nosotros se pagó, y prometemos gozarlo al máximo; gracias en el Nombre de Jesús.
¡Qué maravilloso Jesús! ¡El Sanador en casa está! ¡La medicina de Dios en casa está!
Jesús no es la segunda persona de ninguna trinidad, ni el Espíritu Santo es la tercera persona, limpiemos nuestras mentes y depositemos la verdad en ella. Son Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, aún los enemigos de Israel en el Antiguo Testamento decían "los Dioses de Israel". Colosenses 2:8-9 dice así: “Mirad que NADIE os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y NO SEGÚN CRISTO. Porque en Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. Nada como la Palabra, y el Espíritu Santo para enseñarnos y revelarnos la verdad.
Tomemos conocimiento y oro que hoy como nunca antes se den cuenta que la oración del Apóstol Pablo es para nosotros y está en Efesios 1:17 “Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo el Padre de gloria, OS DE espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que SEPÁIS … “ continúen ustedes hasta el versículo 23 por favor, porque habla de Jesús – la Palabra, y el Espíritu Santo el Poder de Dios.
Jesús es Dios, Jesús es el Verbo, el Verbo es Dios, Jesús es la Palabra, Jesús es el Hijo de Dios, el Unigénito del Padre. Jesús es Rey y Señor, Jesús es Salvador y Justificador: es Redentor y Libertador, es Perdonador porque es Señor de toda gracia, por gracia nos dio la verdad y la verdad nos hizo libres; Su sangre preciosa nos lavó todo pecado, nos hizo libres de la condenación, culpa, temor y complejos de inferioridad; es el Dador de la Vida y vida en abundancia, es Sanador y sólo hace bienes y sana a todos los oprimidos por el diablo, es Prosperador porque suple todo lo que falta conforme a Sus riquezas en gloria. Es el Rey y Señor del Reino de Dios o Reino de los cielos y no tiene súbditos, nos creó para reinar y señorear como El y con El, poniendo a nuestros enemigos debajo de Sus pies.
Por la llaga de Jesús fuimos sanados, El fue hecho una sola llaga, para que “por Su llaga fuésemos nosotros curados”. Dio Su vida entera, completa, para tener vida y vida en abundancia. Que tal si leemos también, la Palabra es exquisita y es viva y eficaz:
I Pedro 2:24 “Quien (Jesús) llevó El mismo nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia, y por cuya herida fuisteis sanados” Ese es el punto principal que venimos hablando, muertos a los pecados, muertos a la enfermedad, muertos a la dolencia, sólo podemos vivir en Cristo, esta vida no le pertenece al enemigo, ni la puede tocar, somos propiedad privada de Jesucristo, el Espíritu Santo vivificó y vivifica aún nuestros cuerpos mortales, creamos por salud y bienestar, por paz y largos días de buena vida.
Dios y Padre gracias decretamos nuestra salud y vida divina, decretamos la salud y vida divina de nuestra familia y nuestras amistades y aún más de todo aquel que Jesucristo salvó dando Su sangre y Su vida y haciéndose una llaga terrible por todo lo que lo hicieron sufrir, con azotes, corona de espinas y bofetadas y cuanta cosa más que le hicieron, aceptamos ese precio porque por nosotros se pagó, y prometemos gozarlo al máximo; gracias en el Nombre de Jesús.
Posted in: on 30 de octubre de 2009 at en 6:26 a. m.