Tentaciones, ¿De dónde Vienen? - Parte 1


Bienaventurado el varón que soporta la tentación; … Cuando es tentado, NO diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios NO puede ser tentado por el mal, NI El tienta a nadie – Santiago 1:12,13

Dios conoce el mal, porque El es omnisciente y todo lo sabe, El es Dios, no lo conoce de experiencia como el hombre lo entiende, nada escapa de Su conocimiento, El es el creador del universo, El no hizo, no creó el mal – todo lo que Dios creó era bueno, y en gran manera; el mal, hubo alguien que se reveló en soberbia, orgullo ( Ezequiel 28:15-17) que falsificó el bien, y se produjo el mal, no lo creó, porque éste perverso no es creador de nada, distorsionó la verdad y produjo la mentira, distorsionó y abusó de la inocencia y la vida y produjo el pecado, la lascivia, la concupiscencia, la vanagloria de los ojos, la ambición, y esto dio por resultado la enfermedad, la dolencia, y la muerte. Sólo saca algo a partir de algo bueno ya creado.
Podemos mirar la Escritura donde Pilato dijo de Jesús en Juan 19:4,6 “ningún delito hallo en El”, y luego “al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado” – II Corintios, 5:21; también en Isaías 53:9aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en Su boca”. Así es Jesús, así es el Padre, así es el Espíritu Santo. Jesús dijo “el que me ha visto a Mi, ha visto al Padre” “son Uno” de unidad y de la misma sustancia.
Ahora Dios conoce el mal, pero no hace mal, ni tiene mal; por lo tanto de dónde sacaría para hacer mal a alguien. ¿De dónde sacaría tentación, para tentar a alguien? Si nosotros siendo enemigos de El nos dio a Su Hijo para ser salvos.
Santiago 1:17 afirma, “Todo don perfecto y toda buena dádiva desciende de lo alto, del Padre de las luces, en Quien no hay mudanza, ni sombra de variación” Este es otro principio de Dios muy importante, El no cambia, es inmutable desde la eternidad hasta la eternidad.
Dios es bueno, expliquemos algo importante, desde los principios que venimos manejando, Dios no tiene ni contiene mal por así tratar de hacer entender, ¿cómo tentaría con el mal a alguien? El no es cambiante, es el mismo ayer, hoy y por siempre. Manejemos el sentido de “Dios permite” o cuando hablamos del tiempo “pasivo permisivo” y no “activo acusativo” del Hebreo; no significa, que Dios dándose por vencido deja a Satanás hacer lo quiere y luego nos ayuda, ¿no les parece tonto para un Dios sabio?. Vean este principio del amor de Dios, Quien no nos hizo manipulables, ni títeres, ni robots; nos dio “libre albedrío”.
Entendemos, y definitivo que Dios no indujo a Eva y Adán a pecar, y jamás lo ha hecho con el hombre; el temor no viene de Dios, la duda no viene de Dios, la incredulidad no viene de Dios, la condenación no viene de Dios; el orgullo, la soberbia, la vanagloria, los complejos no vienen de Dios; por favor despertemos a la realidad de Quien es Dios y qué hace Dios. ¿Cómo permitiría Dios que Satanás eché tanta basura a nuestras vidas, amándonos tanto, y nos robe, destruya y mate?
Miremos de cerca el caso de Job, luego Pedro; está claro que no fue Dios quien puso a Job en las manos de Satanás, fue él quien puso su vida en las manos del perverso y fue lógicamente a través de la basura satánica llamada TEMOR, fueron actitudes que tomó Job en sus sacrificios por sus hijos “por sí ellos hubiesen pecado”; Pedro en su autosuficiencia y muy emocional abrió puertas al enemigo, y luego éste lo pidió para zarandearlo. Podrían decir ustedes ¡ah pero pidió permiso a Jesús!, ¡qué buenito es el diablo no! No tiene nada de bueno. Pero Jesús no se demora en éste, su enfoque es la creación del hombre, y es allí que da una Palabra personal a Pedro, para que no quede en el fracaso y muera.
¿De dónde viene la tentación? La respuesta es obvia, ustedes la tienen. Gracias a Dios por Su amor, Su bien y misericordia abundante, por favor delante de El y de los hombres. Gracias por que nos dio autoridad en Cristo, porque nos ha hecho reyes y señores en esta tierra de los viviente.

Dios y Padre gracias, por la oportunidad de conocer la verdad, porque esa verdad nos da a conocer Quién eres Tú, nuestro Señor Jesucristo, el Espíritu Santo y toda Tu obra gloriosa, obra de bien y no de mal, obra buena en gran manera; gracias en el Nombre de Jesús.

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